viernes, 18 de junio de 2010

¿Cuándo es "LA" oportunidad?

Ayer escribí en una red social un nick que me dejó pensando. En esa introspección me dí cuenta de que podía ampliar y clarificar aún más la frase y eso es lo que pretendo hacer en esta nota.

El texto es el siguiente:

Las personas pedimos oportunidades y hasta rezamos por ellas. Lo interesante es que nunca sabemos cuando se presentará o cual es "LA" oportunidad. Por eso, estar preparado, prestar atención, aceptar invitaciones, mantenerse en movimiento, capacitarse, mantener la humildad para aprender y mirar un poco más allá es fundamental.

Para ser un poco más preciso, voy a desmenuzarlo por partes, para ampliar mi perspectiva.

“Las personas pedimos oportunidades y hasta rezamos por ellas”
¿Cuantas veces rezamos, pedimos o esperamos una oportunidad? Y yo me pregunto: ¿con que autoridad decidimos cuál es o donde va a presentarse? Porque, por lo general, nos damos cuenta de que la oportunidad fue tal, después de acontecido el evento. Ahora, ¿a cuantos eventos decido no ir o dejar de lado por la razón que fuere? Y por otro lado: ¿No sería más interesante buscar concientemente las oportunidades en lugar de esperarlas?

Lo interesante es que nunca sabemos cuando se presentará o cual es "LA" oportunidad.
Muchas veces he decidido no ir a lugares o no tomar ciertos cursos por esto o aquello y luego me enteré de que en ese lugar o en ese curso se había presentado una oportunidad que hubiera sido interesante para mi o que el tema del que hablaron era lo que yo esperaba. Otras veces por distraído, directamente no las vi o me dí cuenta que habia pasado cuando le veía la espalda. Muchos podrán estar pensando: si no estuviste es que no era para vos, y yo creo que eso es posible, pero también muchas veces es usado como excusa para no asumir la responsabilidad de no haber hecho nuestra parte.

Veamos ahora la última parte del texto en la que hablo de lo que considero efectivo hacer, para preveer las posibles situaciones que pueden ser consideradas oportunidades después.

Estar preparado: Con esto me refiero a tener la mente y el corazón abiertos para poder reconocer los posibles eventos que pueden apoyar mi intención o deseo.

Prestar atención: Prestar atención a las diferentes situaciones o combinaciones de acontecimientos que me pueden acercar o alejar de mi oportunidad. Inclusive prestar atención a las actitudes que tengo para con los demás. Nunca sabemos quien nos esta viendo en cada momento y mucho menos, como afectarán mis actos en esas personas que luego pueden convertirse en la conexión que nos abra la puerta esperada.

Aceptar invitaciones: Definitivamente hay muy pocas probabilidades de que una oportunidad toque a tu puerta y te avise: “Soy TU oportunidad”. Entonces, es importante aceptar invitaciones a reuniones sociales, visitas, cursos, charlas, obras de teatro o lo que sea que nos dé la posibilidad de relacionarnos y aprender o descubrir cosas nuevas.

Mantenerse en movimiento: Esto tiene que ver con no quedarnos estáticos o quietos. Cualquier cosa que quieras realizar o hacer en tu vida, va a requerir de acción y por consiguiente de moviendo. Entonces mantenete en movimiento y tomá acciones en línea con tus objetivos. Es simple frustrarse o enojarse porque las cosas no suceden a nuestro tiempo. ¿Pero que pasaría si en medio de tu enojo o frustración, aparece “LA oportunidad”? Seguramente tu mente esta diciendo ahora mismo, obvio que la aprovecho, pero busca mas profundo y fijate cuantas oportunidades en el pasado puede que no hayas aprovechado por estar enojado o sentirte desilusionado.

Capacitarse: Toma cursos, anda a charlas, hace entrenamientos, levantá la mano primero, aprendé cosas nuevas, pasa al frente, dá la lección, capacitate en diferentes áreas. No sabemos donde esta la oportunidad, con lo cual, mejor hacer todo lo que este a nuestro alcance y a veces hacer un esfuerzo extra e ir por lo que nuestra mente dice es inalcanzable. Tal vez la persona que puede darte el papel protagónico en la obra de tu vida, este en el curso de chef al que no te anostate o en el entrenamiento al que no fuiste por esto o aquello.

Mantener la humildad: ¿Te diste cuenta lo soberbios que podemos ser a veces? Decimos cosas como, este curso no es para mi, hago el próximo. Hoy no, mañana. Mejor me quedo un rato más en la cama, total hay tiempo, en otra oportunidad, esta información ya me la se y muchas otras frases por el estilo. Como si fuera seguro que va a ver otra "oportunidad". Permitime decirte algo basándome en mi experiencia, si bastara con saberlo intelectualmente, no existirían los gimnasios. Mucha de la gente con la que trabajo me dice: que increíble, esto que me decís lo leí un montón de veces pero nunca logre llevarlo a la acción. Es que hay una gran diferencia entre saberlo y hacerlo. Y para cerrar este punto una pregunta: ¿Cuándo decimos: en otra oportunidad, no estamos dejando pasar "una" oportunidad por la que tal vez estuvimos rezando?

Mirar un poco más allá: Mantener la mirada estratégica presente. Mirar un poco más allá tiene que ver en parte, con la paciencia. Las cosas que queremos van a llegar, el tema es el cuando. Entonces si tuviste la reunión soñada y todavía no llegan los resultados, se paciente mira un poco más allá… ¿cuantas veces te diste cuenta, antes, de porque pasaba tal o cual cosa? La respuesta es simple, muy pocas. Entonces sé paciente, mira bien, abrí tus ojos, tu corazón, tu cuerpo, abrí todo. Porque solo abriéndote a las oportunidades las mismas aparecerán con claridad.

Cuando era chico escuche muchísimas veces, el tren pasa una sola vez en la vida. ¿Y sabes qué? Esto en mi vida fue falso. Las oportunidades se presentaron a cada momento por todas partes.

Siempre que estemos en moviendo, estaremos en el lugar adecuado en el momento justo.

Espero haber conseguido mi objetivo y que te haya sido útil esta nota
Un abrazo grande de mi parte
Luis Sabbi

lunes, 14 de junio de 2010

La importancia de las decisiones en en el éxito

Uno de los grandes aprendizajes que proporciona el coaching es que la clave para una vida más plena y satisfactoria reside en la posibilidad de elección. En la capacidad que tenemos cada uno de nosotros de escoger y decidir lo que queremos ser y hacer en nuestra vida.

Frecuentemente vemos personas que se quejan de la situación en la que viven. Se sienten pobres víctimas y creen que no pueden hacer nada para cambiar esa situación que los hace tan infelices. Y una vez que se ponen en marcha, (si es que lo hacen) buscando y estudiando posibles alternativas viables que les permitirían terminar con esa situación, deciden quedarse exactamente donde y como están. A pesar de que deciden no introducir ningún cambio sustancial en su situación y en su vida, se sienten mucho mejor que antes de realizar ese trabajo de búsqueda y exploración. La diferencia entre el antes y el después estriba precisamente en la palabra “deciden”. Se quedan donde están porque, después de analizar posibilidades, deciden que la vida que tienen es la mejor y no porque crean que no les queda más remedio, que no pueden hacer nada por cambiar, que “eso es lo que hay”.

El aprendizaje de todo esto reside en la importancia de poder elegir, de sentir que podemos ser dueños de nuestro propio destino. Que podemos elegir de acuerdo con nuestros valores y no con lo que la sociedad, la educación o nuestro sistema de creencias nos obligan a elegir. La frustración y el descontento surgen cuando, frente a una situación determinada, creemos que no podemos cambiar nada, que no podemos tomar ninguna decisión, que no tenemos opción.

Hay otro tema interesante relacionado con el Logro de éxito. Cada vez veo más a menudo personas que deciden introducir un cambio fundamental y radical en su trayectoria profesional y por tanto vital. Imagino que en un principio, su meta era hacer una carrera brillante en sus ámbitos respectivos tal y como se les había inculcado toda la vida desde alguna alta instancia.

A lo largo del camino probablemente su definición de éxito personal cambió radicalmente. Cuando hacen “un alto en el camino” y se paran a analizar todo lo que tienen que invertir en sus trabajos y lo que obtienen a cambio, no les salen las cuentas y deciden cambiar o variar el rumbo, de manera que los resultados sean satisfactorios. Lo que antes significaba para esas personas tener éxito ya no les motiva a continuar por ese camino. Se dan cuenta de que el precio que estaban pagando era demasiado alto. En ese momento buscan una definición de éxito que incluya sus deseos y sus valores, que integre aspectos de la vida esenciales para ello como por ejemplo ayudar más directamente a los demás, tener más equilibrio entre vida familiar y profesional o sencillamente montar su propia empresa para dar vida a un antiguo sueño.

Cuando se lleva a cabo este cambio de trayectoria, en algunos casos lo que se busca es dedicar menos tiempo y esfuerzo al trabajo para dedicarlos a otros temas importantes; en otros se busca obtener más satisfacción personal con respecto al contenido del trabajo, aun a costa de la remuneración; y en otros lo que se busca es conseguir ganar más dinero que antes.

Pero en todos los casos esas personas eligieron no “resignarse” con su situación y su descontento, y se pusieron manos a la obra para cambiarlo. Una vez que se dieron cuenta de que lo que habían conseguido no les estaba proporcionando la felicidad y satisfacción esperadas, decidieron arriesgarse y perseguir una nueva visión del éxito más adecuada a sus deseos e inquietudes personales. Una definición totalmente personalizada del éxito para ellos.

Reflexiones

¿Cuál es tu definición de la palabra éxito?

Si tuvieras garantizado el éxito. ¿Qué te gustaría hacer en tu vida?

¿Qué significa tener éxito para vos?

¿Qué te impide conseguir el éxito en tu vida?

¿A donde te lleva el camino que estás siguiendo ahora mismo? ¿Es ahí a donde querés llegar?

¿Qué precio crees que pagarías si renunciaras a tu propia definición de éxito?

¿Realmente querés Lograr Éxitos?

¿Qué estás dispuesto a sacrificar por lo que decis querer?