martes, 17 de marzo de 2020

El tobogán de la pandemia

En estos tiempos, en los que parece que lo único que sucede en el planeta esta relacionado con la pandemia, consideró de suma necesidad traer presente esta información sobre los pensamientos y la negatividad.

Si prestamos atención, por momentos parece que estamos cayendo por un tobogán, directo hacia los pensamientos que menos queremos tener. Esto tiene una razón y es la sobre exposicion a noticias e información relacionada con un tema. ¿Cómo podemos tener mayor dominio sobre nuestros pensamientos? ¿Podemos liberarnos aunque sea un poco de esto?

Varias investigaciones desarrolladas por diferentes personas alineadas con la psicología moderna, han comprobado que, de los 60.000 pensamientos, aproximados, diarios que producimos, el 80% son repetitivos y se convierten en creencias o pautas mentales, al ser captados por la mente subconsciente. Ahora prestá atención a la siguiente información: El 78% de estos pensamientos son de energía involutiva o negativos; en tanto, el 22% restante está conformado por pensamientos constructivos o positivos.

Educar nuestra mente para crear pensamientos positivos, requiere de un entrenamiento consciente, repetitivo y comprometido. (comúnmente llamado afirmaciones o afirmar) Lograr “poder” pensar de manera positiva, implica aprender a direccionar los pensamientos. Es aquí, en el direccionar, donde radica la llave que abre el umbral del “auto-dominio”.

Las buenas noticias son que los pensamientos negativos pueden ser reemplazados por otros pensamientos constructivos y/o positivos. ¿Cómo? Cuando un pensamiento negativo, nocivo, inquietante, temeroso, de energía baja o cómo quieras llamarlo ingresa a la mente, puede ser neutralizado por pensamientos que le otorguen calma, paz, tranquilidad, seguridad, alegría etc. Te preguntarás: ¿Cómo lo hago? Tranquilo… el artículo continua y la respuesta puede aparecer más adelante.

Continuando con la información, si la mente no se entrena con una permanente generación de ideas positivas, continuaremos siendo “esclavos” de las consecuencias que todo pensamiento negativo causa. Al igual que si nos dejamos llevar por la catarata de malas noticias de los medio de comunicación. Sobre todo en este momento en el que somos, casi, arrojados a lo que llamo “El tobogán de la pandemia”

Reflexionemos:
Ciertamente, cuando estos pensamientos negativos invaden la mente de alguna manera podríamos decir que derrotan nuestra propia voluntad. Sucede que estamos tan acostumbrados, que al comenzar a reeducarnos nuevamente, evidenciaremos el poder de la terquedad, ya que ese vicio de pensar negativamente, genera poderosos rieles que conducen a estos pensamientos nocivos hacia las creencias con las que consciente o inconscientemente nos solemos sabotear.

La relación entre nosotros y nuestra mente es como la de un jinete y un caballo. Si el jinete le permitiera al caballo, que trote, galope y corra libremente por el campo en función de sus propios antojos, lo llevaría de un lugar a otro sin un sentido o dirección.

Por esto, como expertos jinetes, debemos conocer el caballo que montamos, para dirigirlo hacia dónde elegimos y deseamos ir y evitar cualquier distracción que pueda hacer que el caballo cambie el curso.

Imaginemos, por un momento, un caballo salvaje que no ha sido educado para ser montado. Los primeros pasos para poder cabalgarlo es domarlo. Para esto necesitaremos generar confianza entre el animal y nosotros. Seguramente, cuando el caballo salvaje sienta que estamos arriba de su lomo, (o inclusive, antes) pretenderá ejercer su fuerza para derribarnos, para hacernos caer y fracasar en nuestra intención de dominarlo. Pero, con calma, determinación y paciencia, podemos decir  que, casi con seguridad, este caballo, finalmente, será nuestro aliado y hasta un fiel compañero de salidas.

De hecho, luego de domado, tendremos que cepillar, mimar, alimentar y dar de beber al caballo, proporcionándole los más diversos cuidados para que siempre sea nuestro fiel compañero y aliado.

La práctica de cabalgar, cabalgar y cabalgar por praderas floridas, de hacer que el caballo-mente vaya reconociendo nuevos campos o ideas positivas, irá fortaleciendo nuevos hábitos que reemplazarán por completo los antiguos territorios por los que solía cabalgar el caballo-mente sin domar y que, por lo general, iba desbocado y sin dirección.

En muchos casos, dejarnos llevar por las noticias de los medios de difusión, las conversaciones sobre política o la catarata de quejas y malas noticias de nuestro entorno, genera que nuestro caballo-mente se desboque y vaya en caída libre hacia nuestros lugares más negativos y oscuros. Casi igual como cuando éramos niños, nos deslizábamos por el tobogán hacia el suelo. Solo que en aquellos tiempos nos esperaban papá o mamá en lugar de ”la pandemia”

Recordemos:
La mente es un maravilloso regalo que poseemos los seres humanos. Todo los elementos y herramientas que ves y conoces sobre este planeta alguna vez fueron pensados, imaginados y desarrollados por una mente. Esta, es el magnífico reflejo del Creador, porque con ella nos convertimos en seres co-creadores. Podemos utilizar el poder del pensamiento para un sentido evolutivo en nuestra vida; pero también puede transformarse en un instrumento de desastre y destrucción, sí la empleamos de manera inapropiada. En este caso, la mente tomaría el control de absoluto de nuestra vida y se convertiría en nuestro propio enemigo, que tortura, agrede, culpa, castiga y nos roba, la paz, la claridad, la alegría, la ternura, la suavidad, la creatividad, la empatía, la generosidad y toda posibilidad de ser creativos o trascender.

La mente consciente es el lugar donde nacen todos los pensamientos y con práctica, podemos darle dirección hacia donde deseamos. En el mundo de la mente inconsciente, habitan las creencias que, por lo general, dirigen nuestros actos. El sostener una actitud positiva y pensamiento optimistas, como sostener las imágenes de lo que si queremos en lugar de las imágenes de las que no queremos, nos permitirá re-programar aquellas pautas saboteadoras, que han quedado arraigadas y poder iniciar una nueva “programación mental” hacia una vida llena de, calma, amor, empatía, claridad, abundancia, armonía, etc.

Necesitamos ser “observadores” de nuestros pensamientos, que van y vienen y que vienen y van. Esta actividad que - en apariencia - puede juzgarse como pasiva es, en realidad, extremadamente poderosa y activa, pudiendo lograr un gran control sobre nuestros pensamientos.

Como te dije hace algunos renglones, en alguna parte del artículo seguramente más adelante respondamos la pregunta: ¿cómo lo hago? Y esa parte es la siguiente:

¿Cómo hacemos para estar conscientes de nuestros pensamientos?

Un de las cosas que podemos hacer es que, cada vez que aparezca un pensamiento saboteador, una sensación de miedo, de no aceptación de sí mismo, de fracaso, un sentimiento de escasez y de no merecimiento o culpa, o cuando nos veamos enganchados en “El tobogán de la pandemia” podemos repetirnos mentalmente, dirigiéndonos a nuestro niño interior, (que por lo general es quien se asusta) a lo más profundo de nuestro ser o a lo algunos denominan consciencia: “GRACIAS POR RECORDARMELO” y recuperar las riendas de nuestro caballo para que vaya por el curso que deseamos. También podemos perdonarnos por ese juicio de valor hacia nosotros mismos diciendo: Me perdono por juzgarme no merecedor. Me perdono por juzgarme poco inteligente por dejarme llevar por esta información. Me perdono por juzgarme como no confiado o lo que fuera… y seguido a eso,  podemos crear una imagen de felicidad en nuestra mente, y enfocar nuestro corazón hacia la paz.

Tal vez te preguntes: Pero… ¿cómo?

Una técnica (es la que mejor me funciona) que podemos utilizar para enfocarnos en la Paz o el Amor es visualizar o imaginar uno de estos 4 símbolos:
 Un bebe;
 una mascota,
 algo de la naturaleza,
 o nuestra fuente espiritual.

Cada uno de nosotros conectamos con el corazón a través de algunos de estos 4 símbolos. Descubrir cuál de los 4 es el que nos conecta es parte del trabajo personal de cada uno.

Ahora, para ir terminando y cerrando el artículo, otra de las técnicas que podemos utilizar es la de Cancelar el pensamiento. Esta herramienta es muy poderosa y funciona de la siguiente manera: Cada vez que un pensamiento negativo se cruce por nuestra mente, o una imagen, utilizamos la palabra “cancelado” (verbal o internamente) por lo menos tres veces y con convicción. (aunque con una, a mi, me alcanza) El sub-consciente registra esta repetición como un “mandato” e interrumpe las posibles consecuencias o manifestaciones de lo negativo.

Por ejemplo:
 1) De repente nos descubrimos pensando “Soy un fracaso”. En ese mismo instante  repetirías “cancelo, cancelo, cancelo”.

 2) En una conversación una persona dice: “en este país no se puede prosperar”... de  inmediato diríamos “cancelo, cancelo, cancelo esa creencia”.

También funciona repetirnos: “cancelado”

¿Cómo reemplazar los pensamientos negativos por pensamientos constructivos?

Cuando hayamos “cancelado” un pensamiento negativo de nuestra mente, necesitaremos reemplazar este espacio vacío con una afirmación o pensamiento opuesto (positivo).

Para ejemplificar esto, voy a continuar con los ejemplos anteriores:

 1) Luego de cancelar el pensamiento “Soy un fracaso” puedo repetirme: “Yo soy exitoso y  triunfador en todo lo que emprendo” o mi preferida, “Estoy creando una vida exitosa y  abundante”

 2) “En este país no se pueda prosperar”... Cancelado y luego “Este país tiene inagotables  fuentes de progreso para mi y para todos”

3) “Que locura lo que esta sucediendo” por, cuantos oportunidad trae esta situación

Las afirmaciones son, en mi experiencia, una de las herramientas más poderosas que podemos utilizar para re entrenar nuestra mente y aunque creamos que no tenemos pensamientos negativos, que somos realistas o que somos optimistas, los pensamientos negativos cruzan nuestra conciencia más allá de lo que nos gustaría. ¿No lo crees? Observa tu mente y lo podrás comprobar.

Por último, la opción más efectiva para no caer por "El tobogán de la pandemia" es ELEGIR. Podemos elegir, regular el tiempo que le dedicamos al tema. Ver programas de divertimento en la televisión, compartir contenido relacionado a otros temas en las redes sociales y/o WhatsApp. Podemos pedir en los grupos en los que participamos que moderen o cancelen los envíos grupales y lo hagan de manera personal a quienes deseen seguir en esa longitud de onda o sencillamente, elegir no abrir o poner más energía de la necesaria en el tema.


Esperando haberte sido útil y que el próximo tobogán por el que tires sea el de la plaza.

Te dejo un abrazo enorme

Luis Sabbi