domingo, 29 de agosto de 2010

Sólo si el hombre logra creer, luego lo puede crear.

Investigando archivos de mi computadora, encontré esta interesante manera de ver la historia de la invención de la bombilla eléctrica por Thomas Edison, que se terminó patentando el 27 de enero de 1808.

Miremos juntos estos aspectos, no siempre tan apreciados de aquellos tiempos y consideremos que habrá motivado a este gran hombre a dedicarle tanta perseverancia y dedicación.

Todo logro alcanzado por el ser humano ha nacido de un pensamiento, que desde mi punto de vista se origina en el corazón. ¿de que otra forma podría funcionar? Son estos pensamientos visualizados positivamente una y otra vez los que se transforman en el deseo ardiente capaz de mantener viva la llama de la realización (la persistencia).

Retornemos por un momento a la historia y recordemos nuevamente a Thomas A. Edison quien cambio el curso de toda la humanidad con su invento "la bombilla eléctrica". ¿Pero que posibilidades "reales" en aquel tiempo, tenía de saber que esto sería así fehacientemente? Para clarificar esta incognita repasemos algunos puntos de la época:

1) Paradigmas: Era el año de 1878 aproximadamente, en aquel momento todo la luz en medio de la noche era proporcionada por el fuego. Nadie conocía ningún otro sistema para general luz. ¿Quién podría creer que fuese posible?

2) Posibilidad comercial: No existía un mercado para el producto. El inventar la bombilla no garantizaba ningún tipo de éxito financiero, Si nadie la utilizaba en ese momento, ¿Quien podría comprarla? ¿Sería riesgoso utilizarla? Imagínese por un momento a usted en 1878, llevar ese instrumento desconocido a su casa y arriesgar así la vida de su familia.

3) Costo/inversión: El costo del proyecto era alto, además del costo de implementación ¿Cómo la llevaría a su casa si no existía tendido eléctrico? Además tendría que pagar por utilizarla.

4) Credibilidad: No existían especialistas en el área. Era la primera vez que algo similar se intentaba, y el único supuesto especialista había "fracasado" más de 14,000 veces intentándolo.

Aún con todas estas condiciones en contra, más las que no estan escritas porque con esta se marca bien el punto, hoy disfrutamos una vida más placentera gracias a la persistencia de un hombre que lucho en contra de las adversidades aprendiendo de cada una de ellas. ¿Por qué?

Porque hacía lo que amaba.

Porque creyó firmemente en una idea.

Porque sólo si el hombre logra creer, luego lo puede crear.

La gran mayoría de nosotros hemos renunciado a muchas de nuestras pasiones y sueños, hemos dejado de creer en nosotros mismos para creer en lo que hemos aprendido de otros o lo que otros creen que debe ser para nosotros. Esta historia es una invitación a retomar aquellos sueños perdidos en el baúl de la duda para ponerlos sobre la repisa de la fe.

Posiblemente su idea no cambie el mundo, pero podría garantizarle que si lo intenta podrá cambiar "su propio mundo".

Abrazo grande y espero haber sido de utilidad
Luis Sabbi

4 comentarios:

Nacho Pacheco dijo...

Seguramente también hubo muchos que le dijeron que inventar algo así sería una locura. Pero lo bueno es que nunca se rindió y que lo sigio haciendo porque era lo que le gustaba y tal vez porque así estaba en su "elemento".
Gracias amo leer estas cosas.

PANCO dijo...

mas vale fracasar intentandolo , que ser un fracasado por nunca hacerlo.

Andres dijo...

me gusta tu nota Luis, me inspira mas por la etapa de mi vida por la que estoy transitando.
un abrazo

Unknown dijo...

excelente reflexion luis!! es hora de empezar a crear sueños y cumplirlos, nada es imposible con fe y perseverancia.

saludos.

sacha roman.