Si lo que tienes para decir, no es oportuno, no lo digas
Si lo que tienes para ecir, es conveniente, por favor no lo calles.
Antes de hablar, acostumbrate a pensar, recuerda que tu palabra, puede aliviar, puede curar, puede herir y también matar... por favor, aprendé a usarla.
Si aprendes a usar cada vocablo en su momento justo, en el tono adecuado y en su debida significación, alcanzarás tu realización.
Recuerda siempre que no deberías decirle a nadie, lo que tu tampoco querrías oir de nadie.
Recuerda que la palabra es energía... energía sagrada. Por favor no la profanes.
Se prudente en la forma en que empleas las palabras. Lo que dices, porque lo dices, para que lo dices, a quien lo dices y como lo dices... De esa prudencia puede depender tu existencia.
Cuidate de no usar el sagrado don de la palabra para murmurar o herir a alguien, pues serias indigno de ese sagrado don con que Dios bendijo a la criatura humana.
Si con la palabra dañas. ese daño volverá a ti multiplicado en efectos.
Si tu próposito es aprender a hablar, empieza, con humildad, por aprender a escuchar.
Agradece a Dios porque te otorgó el maravilloso don de hablar... pero, bendicelo aún más, porque también te otorgó el privilegio de callar.
Cuando no encuentrs la palabra adecuada, recuerde al silencio oportuno.
Y no olvides hijo, que si haces de cada vocablo una semilla de Luz, de Amor y de Paz, alcanzarás en su oportunidad a despertar y darte cuenta.
Amaru kuntur.
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