Que estas dispuesto a sacrificar por lo que querés?
Podríamos decir que hay una gran diferencia entre querer algo y estar listo para recibirlo.
Alguna de esas cosas que casi todos anhelamos alcanzar, son el éxito laboral y económico, el amor, buena salud y otros. Sin embargo la cantidad de personas que se convierten en individuos exitosos es poca, mientras vemos mucha gente haciendo lo imposible por salir adelante durante toda su vida y luchando por llegar a fin de mes, o en relaciones que no siempre son las que quisieran.
¿Por qué unos sí lo logran y otros no, cuando todos, aparentemente, queremos más o menos lo mismo? Quienes han triunfado y siguen alcanzando éxitos una y otra vez, creen íntimamente que sí pueden y han tomado las riendas de su vida asumiendo total responsabilidad por lo que les pasa. Quienes no logran el éxito creen que son producto y/o víctimas de sus circunstancias.
Interpretar el papel de víctima es muy fácil porque la responsabilidad nunca es tuya. Se requiere valor para asumir la responsabilidad, y ni hablar, del golpe que significa para el ego darse cuenta de que las veces que fracaso fue por responsabilidad propia y de nadie más, entre otras cosas, porque pensó en términos de fracaso y un triunfador sabe que ni los fracasos ni los éxitos son definitivos, conoce y practica la perseverancia y tiene claridad sobre la influencia de la actitud en los resultados.
Por eso, pensá si te consideras merecedor de recibir el éxito que deseas, si te sentís con suficiente coraje para poner el pecho a las adversidades o tolerar el qué dirán. Y en que estarías dispuesto a soltar, que dejarías ir, que sacrificarías u olvidarías por tu resultado o deseo? Si no tenes ese coraje, o no estas dispuesto dejar ir, soltar, olvidar, sacrificar o lo que sea necesario, es mejor que trabajes primero en un cambio de mentalidad, vas a ahorrarte esfuerzos, mala sangre y preocupaciones innecesarias.
Las buenas noticias son que todos tenemos la habilidad para alcanzar ese estado de plena confianza en nuestras capacidades y de absoluta certeza en el logro de nuestros objetivos.
Hasta la próxima
Luis Sabbi
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